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Cuadro de texto: Preguntas Frecuentes

 

 

¿Qué son los factores de transferencia?

Las moléculas de los factores de transferencia funcionan como un sistema altamente efectivo de mensajería inmunitaria constituido por pequeñas cadenas de proteínas y otros compuestos relacionados. Los factores de transferencia se alojan en los leucocitos de los seres humanos y animales. Cuando las células inmunitarias selectas detectan organismos extraños, producen factores de transferencia específicos para los organismos invasores. Estos factores de transferencia luego son transmitidos a otras células inmunitarias "enviando el mensaje" de que existe un organismo extraño y las características de dicho organismo. Recientemente, se han llevado a cabo investigaciones que indican que estos compuestos inmunitarios son idénticos de una especie a otra. Por lo tanto, hace posible que los factores de transferencia de las vacas y las gallinas sean de beneficio para la salud humana.

Los factores de transferencia están diseñados por la naturaleza para transferir importante información inmunitaria. Estos compuestos se encuentran con más frecuencia en el calostro y la yema de huevo. A través de estas dos fuentes, se les proporciona a todos los animales inmunidad temporaria a todos los organismos a los que hayan sido expuestas las madres. Esto le ofrece al animal pequeño cierta protección hasta que su sistema inmunitario se desarrolle completamente. De igual modo, esta protección temporaria puede ser utilizada por los seres humanos de cualquier edad.

¿Cómo funcionan los factores de transferencia?

Los factores de transferencia están compuestos por tres factores independientes que balancean el sistema inmunitario para lograr una respuesta inmunitaria más efectiva. Ellos son: el factor INDUCTOR, el factor ANTÍGENO ESPECÍFICO y el factor SUPRESOR. El factor inductor y el factor antígeno específico educan a su sistema inmunitario ingenuo acerca del riesgo actual y potencial y lo equipan con un plan de acción. Estos factores aceleran el reconocimiento de una amenaza, haciendo más corta la duración de una enfermedad y permitiendo que su cuerpo responda más rápidamente a similares amenazas a la salud. Finalmente, el factor supresor es capaz de reconocer la derrota del enemigo y luego calmar al sistema inmunitario y regresarlo a un nivel normal. Dichos efectos tienen una importancia particular para los trastornos autoinmunes.

A diferencia de los complementos inmunitarios que en su mayoría proporcionan únicamente cimientos para una función inmunitaria adecuada, los factores de transferencia también proporcionan inteligencia inmunitaria. La información inmunitaria y la educación son la clave para ayudar al sistema inmunitario a continuar su labor y a alcanzar la efectividad.

¿Cuándo se descubrieron los factores de transferencia?

El Dr. H. Sherwood Lawrence descubrió los factores de transferencia en 1949. Durante el proceso de estudio de la tuberculosis, descubrió que una respuesta inmunitaria podía ser transferida de un donante a un receptor a través de la inyección de un extracto de leucocitos. Posteriores investigaciones lo llevaron a concluir que este extracto inmunitario debería contener “factores” que hacían posible que la inmunidad del donante se transfiriera al receptor. Les dio el nombre de “factores de transferencia” a estas moléculas.

¿Cuál es la forma de factores de transferencia utilizada con más frecuencia?

Las fuentes de los factores de transferencia pueden ser los leucocitos extraídos de un donante satisfactorio, los linfocitos clonados de cultivo in vitro, el calostro y las yemas de huevo. De todas ellas, las fuentes comerciales más prometedoras son el calostro de la leche de la vaca y los huevos de la gallina.

¿Qué diferencia existe entre los factores de transferencia polivalentes y los factores de transferencia “específicos/dirigidos”?

Los preparados estándar de factores de transferencia son polivalentes, o preparados balanceados, sin ningún factor de transferencia predominante. Los complementos de factores de transferencia polivalentes ofrecen un amplio espectro de respaldo inmunitario.

Mientras que un preparado de factores de transferencia “específicos” sigue ofreciendo los beneficios de los polivalentes, además proporciona un conjunto de factores de transferencia que están dirigidos a cuadros específicos. Los factores de transferencia específicos o dirigidos se obtienen cuando se expone a un animal no mamífero fuente a un agente antígeno, lo que hará que dicho animal fuente emita una respuesta inmunitaria en la que interviene el linfocito T.

¿Son seguros los factores de transferencia?

Los factores de transferencia son moléculas naturales y han sido utilizadas sin peligro alguno en complementos por varios años. A lo largo de la historia del uso de los factores de transferencia, no ha habido informes de reacciones adversas graves, aún en los casos de administración clínica en exceso o en dosis normales durante varios años.

 

Cuadro de texto: ¿Quiénes pueden utilizar los factores de transferencia?

 

 

 

Los factores de transferencia pueden ser utilizados por personas de todas las edades. Los factores de transferencia fueron, de hecho, diseñados por la naturaleza para los recién nacidos. Las personas que deseen suministrarles factores de transferencia a neonatos o niños menores de 12 años, deberán consultarlo con un profesional de la medicina para decidir la dosis apropiada. Por lo general, para los niños es suficiente la mitad de una dosis para adultos o del prospecto. Los neonatos requerirían un poco menos. A pesar de que no se ha encontrado toxicidad en los factores de transferencia, se debe escoger con prudencia la dosis para neonatos y niños pequeños.